
San Miguel Dueñas y Santiago Zamora: naturaleza seductora, cataratas de aventura y tradición maya en acción
El día de este recuento es 17 de junio, y se prevé un Día del Padre muy diferente, al menos para nosotros los aprendices de guías locales de Sacatepéquez, quienes tenemos un nuevo viaje de reconocimiento. Salimos de INTECAP a las 8:15 a.m., con aproximadamente 15 minutos de retraso, entiendo que por un malentendido en la contratación del transporte, el cual debió haber estado en el punto de salida a las 7:30 a.m. Afortunadamente, nuestras compañeras Alma y Ana reaccionaron con rapidez y realizaron la revisión 360 grados del transporte de forma eficiente, lo cual nos permitió comenzar el recorrido sin mayor retraso. Nuestro piloto y transporte desde el viaje pasado fue y seguirá siendo don Óscar Pérez con su unidad, ya que nos está dando buen servicio y buen precio.
Paréntesis: (No lo mencioné en el post pasado, cuando visitamos las aldeas antigüeñas, pero desde esa ocasión, el profe nos ha estado asignando a los alumnos para que organicemos los itinerarios de viaje, coordinemos transporte, tiempos y guías. En esa ocasión le correspondió a Evelyn, y en esta ocasión a Mónica).
Durante el trayecto hacia San Miguel Dueñas, aproximadamente de media hora, el profesor Guillermo Cuéllar nos compartió generalidades turísticas del municipio, destacando sus mayores atractivos: la variedad de viveros grandes, producción de delicioso pan dulce, las pinturas rupestres en Finca San Rafael Urías que datan de hace aproximadamente 9,000 años, las cataratas La Rinconada, producción agrícola (especialmente flores y macadamia), y su potencial turístico aún poco explorado.
Por cierto, Mónica no pudo incluir la Finca San Rafael Urías en el itinerario de este viaje porque está cerrada al público por algunas semanas debido a una actividad relacionada con la producción de café. Queda pendiente en mi lista personal de lugares a descubrir. Lo importante es saber que, si vas en grupo, el ingreso debe coordinarse con al menos 15 días de anticipación, como Mónica nos indicó.
Primera parada: Finca Valhalla, un delicioso paraíso de macadamia
Nuestra primera experiencia fue en Finca Valhalla, poco después de Cervecería 14, la cual pensaba que estaba en San Miguel Dueñas, pero no: según el profe, Cervecería 14 queda aún en la jurisdicción colindante, es decir, Ciudad Vieja.



En fin, en Finca Valhalla nos esperaba —ya un poco inquieto por el retraso— quien sería nuestro guía comunitario de San Miguel Dueñas, Juan Palencia, exalumno también de nuestro profesor. Tras convivir un poco con él, resultó ser una cajita de sorpresas: además de guía turístico, es ingeniero agrónomo y aspirante a alcalde de San Miguel Dueñas. Sin duda, una persona con mucho amor a su municipio, a su gente, a su cultura y tradiciones.
Como bienvenida a Finca Valhalla, Palencia nos comentó un poco sobre el significado de su nombre y sus orígenes. El nombre Valhalla evoca la mitología nórdica: el legendario “salón de los caídos”. Este nombre fue elegido por el fundador, un excéntrico alemán proveniente de Estados Unidos, apodado “el gringo malcriado”, en alusión a su lenguaje pasado de coloquial.
Este visionario y su esposa guatemalteca, Lorenzo Gottschamer y Emilia Aguirre, dedicaron más de 15 años a vivir en una unidad móvil en la finca, afinando su modelo: cultivo orgánico de macadamia, reforestación, comercio justo y apoyo a pequeños productores locales. Gracias a este empeño, la finca no solo produce aceite, crema y nueces, sino que también ha sido replicada en Nicaragua, llevando su impacto más allá de Guatemala.
Además, Valhalla ofrece un espacio tipo spa con productos naturales de macadamia como aceite, cremas y otros cosméticos. También tienen un restaurante famoso por sus platillos con toque de macadamia, como panqueques, pizza y BBQ ahumados con cáscara de esta nuez, un modelo de turismo sostenible que ha funcionado por más de 20 años.
Esta finca, además de especializarse en la producción de nuez de macadamia y ofrecer productos derivados, brinda un tour gratuito que incluye la explicación del proceso de siembra y cultivo de macadamia. Nuestro tour estuvo guiado por una representante de la finca, una experta en todo el proceso, de quien aprendimos mucho sobre las características curiosas y técnicas de la siembra.
Visitar esta finca es, en sí, una experiencia relajante. ¡Hasta ir al baño es muy agradable, ya que es ecológico, rodeado de plantas y sonidos de agua fluyendo!
Creo que todos nos relajamos muchísimo en este tour, pero más que todo Rudy y Ebbher, dos de nuestros compañeros que recibieron una demostración de spa facial con aceite de macadamia, lo cual hizo aún más vivencial la visita. ¡Esta parada fue una muestra de cómo el turismo puede ser sostenible, educativo, elegante y placentero a la vez!












La Piedra de la Aparición y el Arco: símbolos de fe y memoria en San Miguel Dueñas
Luego de Valhalla, nos dirigimos a uno de los sitios más representativos de San Miguel Dueñas: La Piedra de la Aparición. Literal: se trata de una gran piedra. Este lugar es considerado sagrado por muchos devotos católicos, ya que está vinculado a una leyenda religiosa local que cuenta que aquí se apareció San Miguel Arcángel, protector del pueblo. Se dice que la piedra conserva su energía mística religiosa y es visitada por fieles que buscan guía, protección o milagros.
Palencia nos comentó que, aunque la propiedad sobre la cual reposa la gran piedra es privada, sus dueños son creyentes católicos y han respetado el valor que la comunidad le ha dado, por lo que el predio se mantiene abierto al público y no se ha tocado la piedra. Alrededor de ese lote, sin embargo, se desarrollan proyectos habitacionales, y queda la duda de si la situación del terreno donde se encuentra la piedra pueda cambiar algún día.



Por cierto, el nombre San Miguel Dueñas deriva de San Miguel Arcángel y de la familia Dueñas, quienes fueron los primeros propietarios coloniales de estas tierras durante la época del repartimiento, dejando su apellido como parte del legado toponímico del municipio.
Tras la breve parada en la Piedra de la Aparición, nos dirigimos hacia el Arco de Bienvenida del municipio, considerado como uno de los siete arcos más importantes de Guatemala. Lo cierto es que es un arco muy imponente, e invita a cualquier visitante a sentirse bienvenido. Esta estructura simbólica marca el inicio del recorrido por el pueblo.
El arco integra elementos clave de la identidad local: en su diseño se aprecian representaciones del volcán de Agua, que domina el paisaje y protege la región, así como imágenes alusivas a la fe católica, como una figura de San Miguel Arcángel con su espada. También se incluyen símbolos agrícolas, como mazorcas de maíz y la rosa, en referencia a la vocación campesina y a la especie de flor que en su momento fue la más cotizada en la región.
El arco, entonces, no es solo decorativo: es una síntesis visual del pueblo, donde se entrelazan naturaleza, religión y trabajo.
Y antes de irnos a nuestra siguiente parada, Palencia incluyó en su relato la importancia de la cruz de piedra colocada junto al arco en 2004, la cual, para el pueblo, es un símbolo comunitario tradicional de protección espiritual para todos los que ingresan a San Miguel Dueñas.

Pero como en toda buena historia, aquí también hay su “pelo en la sopa”. Resulta que el arco no tiene reloj, y si bien estaba incluido y pagado un reloj suizo —que según Palencia habría costado cerca de 70,000 quetzales—, nunca fue instalado. ¿Qué habrá pasado? El proyecto quedó incompleto, dejando esa anécdota entre lo irónico y lo olvidado, digno tema de investigación periodística.
Del arco a la aventura: el camino entre viveros hacia La Rinconada
Luego de pasar por el arco de bienvenida —con su cruz simbólica y su historia agridulce del reloj suizo nunca instalado—, el recorrido dio un giro hacia lo más aventurero del día.
Ese punto marcó un cambio de ritmo: algunos compañeros se subieron al pickup 4×4 que conducía Juan Palencia, nuestro guía comunitario, mientras otros seguimos un poco más en el microbús. Sin embargo, al inicio de la calle de los viveros, todos terminamos a bordo del pickup, ya que el terreno se volvía más irregular y pintoresco.
Y valió la pena.
Ese tramo, que duró entre 15 y 20 minutos, fue uno de los más fabulosos visualmente: rodeado de viveros repletos de árboles, flores y plantas de todo tipo, parecía un corredor natural que nos iba preparando para la belleza escondida de Finca La Rinconada. Fue un trayecto corto pero cargado de aromas, colores, frescor, risas y la promesa de naturaleza seductora.




En la finca nos recibió Jairo, a quien uno puede dirigirse para conocer todos los acompañamientos que ofrecen hacia las cascadas que están finca adentro. Las cascadas no están dentro de la finca, pero para llegar a ellas hay que atravesarla. Cuesta 20 quetzales para adultos y 10 quetzales para niños el ingreso por la finca hacia las cascadas.
Si se quiere acampar con el acompañamiento de La Rinconada, cuesta 80 quetzales por persona si llevas tu equipo, pero también ellos ofrecen tiendas de campaña en alquiler. Otro servicio que ofrecen son actividades de rápel. ¡Aunque las cascadas no estén en terreno de La Rinconada, como estudiante de guía considero que lo mejor y más seguro es pagar estos servicios con ellos, por la seguridad de personas que conocen el territorio y además porque son parte de la cadena natural de servicios turísticos!
Tras pasar unos corrales de pelibueyes y otros animalitos de granja, emprendimos la caminata hacia las cascadas, la cual fue muy agradable. Yo me fui cercana a Palencia, el guía, quien me contó algunos de sus planes como aspirante a alcalde de San Miguel Dueñas, y además me ayudó a cargar mi mochila, lo que sin duda hizo mucho más fácil el recorrido.
El camino es entre piedras, riachuelo, musgo, vegetación densa, cantos de aves y una atmósfera de serenidad oscura, algo realmente seductor para cualquier amante de las aventuras turísticas. Llegamos a la primera cascada, hermosa. Nos tomamos videos y fotos, pero ya no nos alcanzó el tiempo para conocer el resto de cascadas. Estas cataratas son un recurso ecoturístico poco conocido, pero perfecto para senderismo suave, rápel, fotografía, camping, fogatas y conexión con la naturaleza.












Antes de regresar, unos compañeros –Saúl y Ana específicamente– trataron de engañarnos diciendo que habían presenciado el nacimiento de un pelibuey y que nos habíamos perdido el espectáculo. ¡Luego descubrimos que no habían presenciado el nacimiento, pero sin duda había un pelibueycito recién nacido, una escena muy tierna que pudimos apreciar!
Final del recorrido en San Miguel Dueñas: historia y arquitectura
Cerramos nuestra visita a San Miguel Dueñas en su plaza central, donde pudimos apreciar la iglesia del pueblo y escuchar un poco más sobre su arquitectura e historia. La plaza refleja la estructura típica de estos pueblos: una mezcla de religión, cotidianidad y encuentro comunitario.



En lo personal, lo más curioso de esta última parada fue un pequeño vivero justo en la plaza, que refleja la belleza natural que ofrece San Miguel Dueñas. Y lo otro: su palacio.
El Palacio Municipal de San Miguel Dueñas destaca por ser una réplica del Palacio de los Capitanes Generales ubicado en Antigua Guatemala. Su arquitectura de arcos coloniales y balcones corridos busca rendir homenaje al estilo barroco colonial de la región, proyectando identidad histórica y orgullo local. Aunque de menor escala, es un punto importante en la plaza central y refleja el deseo del municipio de preservar y replicar elementos del patrimonio arquitectónico antigüeño.
Nuestro guía comunitario, Juan Palencia, se despidió aquí, dejándonos su contacto para futuros tours en conjunto, y una impresión muy positiva por su conocimiento, calidez y conexión con el lugar.
Siguiente destino: Santiago Zamora, territorio de tradición maya en acción
Después del recorrido por San Miguel Dueñas, nos dirigimos hacia Santiago Zamora. Ya era casi la 1:00 p.m. y teníamos hambre. El recorrido hasta esta aldea de San Antonio Aguas Calientes fueron apenas unos minutos, y paramos directo en donde Mónica había gestionado el almuerzo para quienes deseaban comer pepián.

Lo que no sabía es que allí mismo íbamos a tener toda la experiencia de la tarde. El lugar se llama Utz Ki’il, un restaurante cuyo nombre en español significa: El Buen Sazón. Este lugar me sorprendió por muchas cosas, entre ellas que es una iniciativa turística innovadora de una exalumna de nuestro profe, guía comunitaria y local, llamada Jackelyn Santos, de origen maya.
Tras la pandemia en 2020, Jackelyn, junto a su familia, innovaron con este emprendimiento que muestra a los turistas tradiciones mayas vivas, de forma interactiva, involucrando a los visitantes en experiencias auténticas. Esto ha fomentado la actividad turística en esa aldea, que de otra manera no tendría mayor atractivo en este sentido.
Volviendo al recuento del viaje: quienes no habíamos reservado el pepián en El Buen Sazón, nos lanzamos a la tarea de buscar comida por nuestra cuenta… y descubrimos que no hay restaurantes formales en la zona. A pesar de eso, la tienda local nos salvó: entre sardinas enlatadas, tortillas calientes, pollo recalentado, chips y mucha buena actitud, improvisamos una comida que se sintió auténtica, en la plaza y compartiendo incluso con los perritos locales. ¡Un recordatorio de que los mejores viajes no siempre tienen menú fijo, pero sí espíritu abierto!


Me parece que un par de compañeros le pidieron al piloto que los llevara de regreso a San Miguel Dueñas, ya que quedaba tan cerca, y pudieron comprar algo más formal de almuerzo.
El profe nos escribió por WhatsApp que a las 2:30 p.m. debíamos regresar a El Buen Sazón, ya que allí continuaría la actividad.
Y así fue. No tenía idea de lo simpática que se iba a poner esta actividad de reconocimiento de la cultura maya. Jackelyn, nuestra guía para esta parte, junto a dos familiares suyas —mujeres de mayor edad—, nos mostraron y nos hicieron participar en el baile con marimba.
Además, nos dieron cátedra y demostración participativa sobre los usos del xute.
El xute es una pieza tradicional del traje maya, tejida en telar de cintura, que simboliza identidad, herencia y resistencia cultural. Aunque su apariencia es la de una manta rectangular, su valor va mucho más allá de lo estético. Tiene múltiples usos en la vida cotidiana: Como bolsa o envoltorio para cargar productos del mercado; para cargar bebés a la espalda o al frente, de forma segura y cómoda; como yagual, es decir, para llevar objetos sobre la cabeza con equilibrio; y también como protección contra el frío.
Dependiendo del diseño, el trabajo artesanal y el simbolismo, un xute puede costar alrededor de 30,000 quetzales, unos $4,000.00, ya que su elaboración puede tardar meses de trabajo minucioso hecho completamente a mano y doble brocado.
Nuestros compañeros Ericka y Ebbher demostraron sus habilidades de equilibrio al bailar usando el xute como yagual y cargando un bebé de juguete. ¡Ericka mantuvo el equilibrio por mucho más tiempo!
Luego, usando de actores a nuestros compañeros Saúl y Keila, y teniendo como progenitores a otros compañeros, entre ellos Melvin y Ana, se interpretó una boda maya, con todo el ritual y bendiciones respectivas.
Por último, pasamos a lavarnos las manos, hicimos tortillas a la manera ancestral y las comimos con aguacate, frijoles y un delicioso chocolate caliente.
Como futuros guías, esta actividad fue muy valiosa, porque representó una manera 100 % auténtica de compartir con futuros grupos de turistas mucho de la cultura maya en acción. Jackelyn y su familia, aparte de muy emprendedores, son realmente encantadores y transmiten una energía muy positiva y dulce.













Al final, de forma muy rápida, Jackelyn nos llevó a la plaza, donde nos explicó los pormenores de la iglesia de Santiago Zamora.
Santiago Zamora es una comunidad maya kaqchikel cuyo nombre combina la devoción cristiana con raíces coloniales. “Santiago” hace referencia a Santiago Apóstol, mientras que “Zamora” proviene de un apellido español, del encomendero que fue dueño de esas tierras por la repartición colonial.
Lo curioso —y muy simbólico— es que en la fachada de su iglesia se representa a Santiago Matamoros, el guerrero con espada y caballo, asociado a la conquista. Pero en el interior del templo, la imagen cambia: se venera a Santiago el Peregrino, también conocido como el Santiago Caminante, símbolo de fe, humildad y búsqueda espiritual.




Y el cierre de esta visita a Santiago Zamora no pudo ser más significativo: tuvimos la oportunidad de conocer a doña Susana en su propia casa. Doña Susana es una abuelita de 91 años, una de las mujeres más respetadas de la comunidad. Su testimonio fue un regalo: nos habló sobre su vivencia personal de ser indígena, enfrentando muchas carencias y dificultades, lo que nos dejó una sensación de respeto hacia la fortaleza de su identidad y el valor de transmitir la cultura a las nuevas generaciones.
Partimos de Santiago Zamora poco después de las 5:00 p.m., y alrededor de las 5:45 p.m. llegamos nuevamente a INTECAP. Algunos compañeros se fueron quedando en el camino.
El cansancio físico ya se sentía, pero más fuerte era la sensación de haber vivido un día de aprendizaje profundo, lleno de naturaleza, humanidad, historia y conexión real con las comunidades que hacen de Sacatepéquez un lugar especial en el mundo.

